sábado, 27 de agosto de 2011

Paz

faro-blanco-y-negro

 

He dejado el norte, con ese mar que a veces enloquece, bravo y desgarbado, que con furia contenida golpea fuerte con las rocas, dejando su profunda huella.

He dejado el norte, por la paz del mediterráneo. Ahora me acoge y no dejo de pensar que el mar es como un símil de mi vida. Antes revuelta, desorientada, enturbiada....ahora calma, serena y en ruta .

Hoy volviendo para casa no podía parar de sonreír, no me había pasado nada en especial, sino que simplemente me sentía tan feliz. Esa felicidad que tanto tiempo he perseguido, es la que tengo ahora y tengo claro que es la que me merezco.

Me vi aquí, en mi nueva ciudad, sola, paseando por la calle,sin ningún plan más especial que llegar a casa y prepararme la cena, con una copa de vino y tirarme en el sofá, y eso es suficiente, que podría estar mejor? Seguro, pero para mi esto es felicidad. Felicidad es estar bien con uno mismo.

Al igual que lo es levantarme cada mañana y ver el sol. Ponerme un café y mirar al horizonte. Cada momento que vivo, lo vivo intensamente.

Hace unos días estuve en Portonovo, dejé a mi madre con una amiga y me fui con mi cámara de fotos a pasear, recordando a mi padre, el me llevó por primera vez allí...y subiendo hacia la playa de Caneliñas me brotaron las lágrimas, sin poder evitarlo...pero de felicidad.

Siento como que mi vida es un rompecabezas en el que cada pieza comienza a encajar. Aquí desde el mediterráneo que me acoge, de momento, doy gracias por la paz que tengo.

2 comentarios:

Jordicine dijo...

La paz lo es todo, SONIA A. Un beso y hasta pronto. Y el post de la "confianza". Se ha 'chivado' el 'Google reader'. Jajaja.

Sonia A. dijo...

No está acabado cotilla! jajaja...lo que pasa que he instalado un programa nuevo para publicar y se me escapó sin querer.

Besotes boss!